...aquello que haría que mi súper vestido a la medida se viera súper duper bien... me vi envuelta también en la búsqueda de los productos de los ya millionarios, pero ahora multiretequeultratrillonarios dueños de los desinfetantes en spray y toallitas húmedas de Lysol... en la comer... no en el súper porfavor. En fin en esas estamos cuando ví salir de uno de los pasillos a una señora con tres madejas de estambre :'), casi lloro, y me dije a mí misma... ¡habemus estambre! Y lo que en ninguna de las cuarentamil dimensiones conocidas y desconocidas que mi mamá pudiera haber imaginado, estoy segura que consideró que en algún punto de la vida su hija en teoría más torpe, más alejada de los quehaceres mundanos, la que jamás podría freír (ni espárragos!!)... le lloriquea cual niña chiquita. "¡Mami! ¡Estambre! ¡Cómprame estambre!"...
Tal vez si tienen poco tiempo de conocerme y/o leerme no sabrán que en mi casa nunca he sido considerada como un ejemplar de chica de esas con las que uno se casa porque saben coser, tejer, cocinar, llevar la economía de la hogar, cuidar chamacos y todas esas cosas que una señorita "que su vida son sus libros y se va a casar, -porque se tiene que casara ¡Dios mio!-, con un viejito más intelectualoide que ella que le heredará su riqueza, que a ella le valdrá madres, y todos sus libros, con los cuales se realizará como autora y pensadora del universo"...
Hace unos días descubrí que esa etiqueta de la torpe y alejada de las cuestiones hogareñas me ha servido de mucho... porque dada mi necedad a lo largo del tiempo he comenzado a aprender cómo ser una señorita digna de merecer marido ... y no viejito intelectualoide... o bueno también no?... si cuando íbamos en la primaria a mi mamá le hubieran preguntado que cuál de sus hijas a la edad de 23 años sabría: cocinar (medianamente) y ponerle "ingredientes secretos a su cocina", hornear pasteles y budines, tejer (al menos una bufanda que ya ha sido lavada y no se desbarató), poner bonotes, planchar, lavar, que le encanta organizar, pintar, taladrear, decorar... bah... jamás hubiera respondido que yo.
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