domingo, 31 de enero de 2010

De las risas...y un popurrí de ideas presentadas inconexas pero que dentro de mi corazón tienen conexión

(Aviso atento si usted es Kantiano, Schopenhaueriano o Kierkegaciano o Aragonziano... haga el favor de no tomarse para nada en serio todo lo que sigue... es más, si usted es sensato aún cuando no siga ninguna corriente filosófica, al menos conscientemente, no lo lea.)

Muchos han dicho pero citaré a Kant por el simple hecho de estarlo leyendo:

"Los niños y más aún las niñas deben acostumbrarse pronto a reír francamente y sin forzarse; pues los risueños rasgos del rostro se imprimen poco a poco en el interior y asientan una disposición a la alegría, afabilidad y sociabilidad, que preparan tempranamente esta aproximación a la virtud de benevolencia" **

En las fotos de mis años mozos no estoy particularmente risueña, pero tampoco tengo mala cara, y pienso por ello que talvez diversas personas a lo largo de mi vida me han dicho por alguna u otra circunstancia que sonrío en general y también en lo particular. No me atrevería a decir que mucho, pero tampoco que llevo por la vida camiseta de amargada. Sonrío casi también como lloro, o talvez mejor.


Siempre he sido lenta en eso de tener consciencia de mi misma. Para ejemplo un vientecito... Hasta hace apenas unos 9 años es decir más o menos cuando tenía 14 ó 15 años me di cuenta de lo que se sentía tener frío, o mejor dicho... me di cuenta que lo que sentía era frío y no un malestar inexplicable que normalmente me acontecía en las horas en que entraba el fríyito de la tarde y yo no podía concentrarme del todo para hacer la tarea... porque algo raro sentía yo. Incluso llegué a pensar que era la manifestación material de un fantasma perdido por mi casa (si, si hubo un fantasma, que no andaba perdido sino que llegó porque lo llamé sin querer queriendo... pero eso es otra historia que no viene al caso comentar aquí).  Fue entonces hasta esa edad que o sentí frío o me di cuenta que sentía frío... y siempre me ha parecido un acontecimiento curioso y a las veces penoso, sin explicación aparente.

HASTA QUE hace poco, unos días, descubrí la raíz de mi falta de conocimiento climático, y es que durante gran parte de mi niñez si mi mamá tenía frío, por añadidura, ella concluía que también mis hermanas y yo lo tendríamos. Yo porté sweater a lo largo de mi infancia tuviera o no frío dependiendo totalmente del termostato y rubores que a mi madre gobernaban. Así nunca tuve la necesidad de sentir frío porque alguien más lo sentía por mí. Entonces vivía como imposición el ponerme el abrigo cada que un aire colado pasaba por ahí, sintiera algún cambio en mi o no. Y así la vida con un montón de cosas más.

Kant viene mucho al caso en todo esto porque se me hace uno de esos filósofos cuya filosofía retrata muy bien el carácter o mejor dicho disfunción propia de todo aquel que seriamente se dedica a la filosofía... y esto es que básicamente algo no les pifa muy bien en la cabeza... y menos en esas materias del corazón (ejemplos hay como Schopenhauer que era un amargadito, Nietzsche como ardido o incluso Kierkegaard que era un sacatón...[de sacarle a todo y no de zacate pa lavarse]) lo cual no los hace ser menos o malos, sino tipos geniales que hacen de sus difunsiones y transtornos algo más que la demás parte plebeya no-genial de la raza humana que nos encontramos del lado poco cool.

Dentro de esas patologías convertidas en sistemas filosóficos tenemos la célebre frase de "el deber por el deber mismo". O el imperativo categórico, que llevado a sus máximas consecuencias encontramos a mi madre... que no hace más que elevar sus máximas a prescripciones y proscripciones OBLIGATORIAS e INELUDIBLES.



Debo irme... adiouuu


** Kant, I, Antropología, Alianza, Madrid, 2004, p. 198

lunes, 18 de enero de 2010

Son más de las 12 pm

Hoy me desperté con mejor humor que desde el viernes... un poco de sustos... esto de no tener prácticamente horarios ni fechas en el calendario es muy muy cómodo y a la vez hace que el tiempo en teoría no pase, pero en la práctica sea ya casi la una.

Ayer conversaba con Silvia y decía que sentía que el hecho de que su novio esté ahora en Guadalajara. ha modificado mucho su vida y está un poco sacada de onda. Y le decía que eso no era para menos y que era un cambio muy significativo.

¿Cuántos cambios significativos han ocurrido a lo largo de tan pocos meses? Muchos... siento que desde que salí de la escuela aún no me puedo acostumbrar a mi nueva rutina... pero posiblemente sea porque no tengo una. Son pocas las horas (5) que tengo definidas a lo largo de mi semana, las demás son variables, demasiado diría yo.

Aunado a lo anterior, todos los días han parecido domingo, porque mi padre desde hace más de un mes está en casa. Hoy comenzaron clases en la universidad donde es profesor, pero aún así es raro, lunes en la mañana y desayuné con mis dos padres y una de mis hermanas. Es más... desayuné en casa.

Todavía no digiero todos estos cambios y en breve empezarán muchos muchos más, aunque es posible que signifique una rutina un poco más establecida por aquello de ir a clases y tener assignments y blah blah blah... Muchas expectativas, aunque tengo menos de un mes para poner todo ello en orden. También ya salió la convocatoria pa' un trabajito y una fuente me dijo que es un buen momento para aplicar porque todos los profes se están jubilando. Esperemos vaya bien ese asunto. Y se pueda compaginar con mi trabajo actual (el formal) y mis estudios subsiguientes (futuros).

En fin, me apuro porque ya es tarde y yo sigo en fachas... la mañana se ha ido súper rápido y eso que me desperté relativamente temprano.

miércoles, 6 de enero de 2010

Último día

O primero, según se quiera ver... me encuentro un tanto emocionada de regresar a trabajar, incluso tan emocionada que mi miedo y falta de compromiso están quedando opacados de a ratos.

En fin, diría que todo listo pero para Kant nunca se está lo suficientemente listo je je je. Mañana me despertaré temprano y practicaré un poco lo que quiero expresarles a mis queridos alumnillos.

Mientras, finalmente vi el lado oscuro del corazón y me llené de emoción, la vida es tan poética... eso mismo recordamos y vivimos el sábado pasado Pastelo y yo... si si el alcohol tuvo algo que ver, pero no demasiado. En realidad creo que los dos necesitábamos relajarnos y recordar que la razón por la cuál estamos juntos es que la vida juntos nos sabe a vacaciones... fue una de las primeras cosas que le dije después de algunas semanas de estar saliendo juntos... y siguen teniendo ese efecto nuestros encuentros... cuando se deja, me dejo y nos dejamos... sino pues no.

Acá un poema que para nada viene en la película (en donde que bonito fue ver a Benedetti vivito y hablando alemán), pero del cual me acordé viéndola y que "curiosamente se llama: "Lo cotidiano"



Lo cotidiano

Para el amor no hay cielo, amor, sólo este día;
este cabello triste que se cae
cuando te estás peinando ante el espejo.
Esos túneles largos
que se atraviesan con jadeo y asfixia;
las paredes sin ojos,
el hueco que resuena
de alguna voz oculta y sin sentido.

Para el amor no hay tregua, amor. La noche
se vuelve, de pronto, respirable.
Y cuando un astro rompe sus cadenas
y lo ves zigzaguear, loco, y perderse,
no por ello la ley suelta sus garfios.
El encuentro es a oscuras. En el beso se mezcla
el sabor de las lágrimas.
Y en el abrazo ciñes
el recuerdo de aquella orfandad, de aquella muerte.

Rosarito Castellanos... cómo no.