lunes, 30 de enero de 2012

Me arden los ojos...

la preocupación ocupó parte de mi mente el día de hoy. Espero todo estará bien, he hecho lo que está en mis manos, lo demás es cuestión de él o de la vida o de la muerte o ya ni sé de quién o qué. Integridad conmigo misma: no quiero que se muera, no sabría que hacer en este momento, quiero tiempo para prepararme, no es por él es por mí.

M. me comunicó una excelente noticia, me dio mucho gusto por ella, lamenté no haber sido tan efusiva, en realidad el día de hoy decidí que no habría razón para ser efusiva o tener una sonrisa de oreja a oreja si no me nacía.

Así inicié mi día en la madrugada y nos recibió un ahijado del Ché Guevara, cuando se necesita puedo alertar sin problemas a todo el personal de urgencias. De las 2:30 a las 10 estuve en dos hospitales distintos por dos razones distintas.

Con alivio llegué a Xola, V. me recibió con un café cargado tal cual lo pedí, me gusta ser la parroquiana excéntrica que llega con maleta en mano todo los lunes del mes (o casi todos). Había un señor y dos chicos discutiendo sobre filosofía y cómo Aristóteles moriría de nueva cuenta si se enterase que existe una carrera llamada filosofía. Esta vez no quería quedarme, si algo podía mejorar mucho mi día era la posibilidad de llegar a clase de Ética, mis alumnos harían un proyecto sobre libertad y neurociencias que francamente me emociona demasiado.

Me emocioné más cuando recordé mi lectura de Bateman y cómo los alumnos aprenden más si entre ellos se resuelven sus dudas y se atreven a contestar. Muchos de ellos pensaron que era porque ya me había cansado de explicar... probablemente sólo yo me sentí realmente enseñando cuando entre ellos se explicaron, se corrigieron y criticaron.

Y sobre lo que me propuse por escrito y gráficamente el 18 de diciembre es un proceso que me está encantando... y además no es la dieta loca en donde comíamos solo cosas con grasa y proteínas... es una dieta que me imagino haciendo por el resto de mi vida porque me hace sentir feliz, cada que como un pan integral en vez de chorrocientos panes, un jitomate en vez de un chocolate... me estoy diciendo a mi misma... me quiero, te quiero, nos queremos. Y ahora agregarle ejercicio!!! En estas últimas tres semanas he visitado más doctores que en 7 u 8 años, con la diferencia que he ido a revisar cuestiones para estar al 100 en mente, cuerpo y espíritu. Hace un buen no iba a dentista, y ahora estoy con el angio para que me trate bien la cuestión de la circulación y prometió hacerlo si yo me comprometía al ejercicio y al peso... y en esas andamos.

De ser un día francamente de un inicio pesado, ha pasado a ser un día de percatarme cuánto me quiero.


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