ver mis pies bajar de la cama al mismo tiempo... como si entrara a un nuevo espacio inexplicable para mí (a veces lo es). Me gusta ver mis manos con uñas pintas, me encanta ver mis manos con uñas pintadas usando el teclado, tocando el brazo de alguien (con o sin intención seductora alguna), me encanta señalar al pizarrón.
Me gusta ver cómo las tortugas huyen al agua en cuanto entro al cuarto, como comen, como nadan (cuando el agua no es turbia y me permite verlas de lejos).
Me gusta ver a cuco dormir, caminando a buen paso o siendo cariñoso.
Me gustan mis pies, mis manos, mis ojos, me gusta mi cara en los días que me gusta... cada vez más frecuentes. Incluso los días de gusto por mi cuerpo entero se han hecho más usuales.
Me gusta mi vida, cuando eso no necesariamente implica que sea fácil... o que no lo sea.
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