domingo, 9 de octubre de 2011

El concepto del absurdo

El centrarme, por primera vez en mi vida profesional, en una sola actividad (digámoslo así y pensemos en las múltiples actividades que implica la actividad que denominaré "docencia" como subactividades que componen a ésta), me ha permitido ser un poco más constente en reflexionar sobre los temas, las formas de presentarlos y vivir un poco más intensamente un proceso  que me llevan a veces a la risa y satisfacción más grandes o a la tristeza y lágrimas más amargas.

Que jamás se me quite el gusto por "enseñar" filosofía es lo que quiero y es lo que en este momento me pido y pido (si, ya estoy aprendiendo a pedir, y como dicen en el pedir está el dar y llega mágicamente... o divinamente).  Y agregado posterior: "que me dé más la gana y lo haga, aprenderla que no me desespere y que tenga paciencia con mi propias capacidades y mi lucha a muerte por mi ser-libre-de-flojera.

He encontrado algunas formas de explicar conceptos y concepciones que pa' mi son piedras angulares de las múltiples formas de como entiendo filosofía y mi reciente adquisición (d.) que llega a hacer cobrar sentido sobre mi preferencia de ciertos filósofos sobre otros, y algunas interpretaciones sobre otras. (Me resultó curioso que C. me preguntara si la mayoría de los "buenos" filósofos eran alemanes... va de lleno mi influencia y mis influencias tanto personales como de formación que he tenido).


El absurdo es un concepto que hoy más que nunca me hace sentido.

A partir de ahora, hasta que termine octubre, todos los jueves (lo diré a través de la manera más diplomática que encontré para expresárselo a mis alumnos) "invertimos tiempo de calidad en una actividad que conviene a nuestra religión" (sic. por lo nuestra jajaja). Todo eso para decir...chicos estamos perdiendo tiempo de nuestra hermosa clase como para que ustedes y sus ganas de no-hacer-nada nos hagan perder más!! Grrrr... pero bueno resulta que todos los jueves con mi segundo grupo estaremos resando el Angelus, que ha caído muy bien, porque el´próximo jueves empezaremos la clase hablando de ello.

Uno mismo no puede ni despreciar lo que no conoce ni asumir o adorarlo. Así, mi misión, bueno una de mis misiones, y algo que encontré para explicarme cómo es que inevitablemente mi relación con la posibilidad de docencia, se ha visto mediada por una institución de corte religiosa... es que quien la cache pueda mantener, sustituir o dejar su creencia a partir de un "lugar interior" y no de lo que sus papás, abuelos o la tele les han contado que hay que creer.

Así la oración del Angelus (tan acogida por Juan Pablo II)... es una clara definición de lo que es el absurdo y la pregunta de María "pero cómo yo si no conozco varón", explica, o mejor, ejemplifica una gran paradoja.

(Y aquí na más por divagar podría agregar que me hace sentido que J.P. la rezara casi diario... el señor era dueño y señor de lo absurdo, NO al condón... SI a los hijos que Dios me de... aún cuando ya me dio 5, sexto en camino y comida, sustento y vivienda pa' ninguno... ).

Y siempre recomiendo ir al Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, pero por lo que más quieran... en cuanto a la definición de absurdo... si no estoy para nada de acuerdo. El absurdo no es absurdo porque no tenga sentido... es absurdo porque va contra la razón (en eso estoy de acuerdo totalmente con la RAE) y precisamente porque aún estando contra la razón... tiene sentido.

María lo supo, no, no conozco varón y soy una simple moral... aún así tiene sentido ser madre de Dios, porque Dios... es absurdo.

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