Volvemos a comer juntos...
Volvemos a comer juntos.
Este hombre cada día más guapo y a ti te rebasan las orejas.
Qué importa.
Qué importa el poco tiempo que tienes para enamorarlo,
qué importa la sopa fría
- no puedes permitirte el lujo
de perderlo de vista un solo instante, Almudena -,
si cuando vas a citar "yo siempre estoy triste"
él se anticipa y acariciándote los ojos dice que le encanta
tu alegría.
Presos los dos de aquel imposible decoro...
Presos los dos de aquel imposible decoro
adolescente,
ni yo me sonrojé ni usted tampoco hizo nada por llamarse
al orden
cuando después de las risas y las aceitunas rellenas,
habiéndonos lubricado previamente el oído
con una minuciosa lista de vicios sexuales,
fuimos al amor como quien va al estanco de los primeros
cigarrillos.
Almudena Guzman
No hay comentarios:
Publicar un comentario