sábado, 30 de julio de 2011

Y pa que vea usted

que el insomnio trae nuevas realidades nuevas visiones... trae algo además de intranquilidad tranquila... trae dos hermanas estables... con buenas noticias y simplificaciones... trae más agua al tanque de las tortugas... y trae joyitas que me erizan la piel, que me emociona, que quiebran mi indiferencia... que me hacen pensar en la pantera negra... que toca mi cuello cuando menos la espero... la esperas tu? si, a ti te estoy hablando...

Volvemos a comer juntos...

Volvemos a comer juntos.
Este hombre cada día más guapo y a ti te rebasan las orejas.

Qué importa.
Qué importa el poco tiempo que tienes para enamorarlo,
qué importa la sopa fría
- no puedes permitirte el lujo
de perderlo de vista un solo instante, Almudena -,
si cuando vas a citar "yo siempre estoy triste"
él se anticipa y acariciándote los ojos dice que le encanta
tu alegría.


Presos los dos de aquel imposible decoro...
Presos los dos de aquel imposible decoro 
             adolescente,
ni yo me sonrojé ni usted tampoco hizo nada por llamarse
             al orden
cuando después de las risas y las aceitunas rellenas,
habiéndonos lubricado previamente el oído
con una minuciosa lista de vicios sexuales,
fuimos al amor como quien va al estanco de los primeros
             cigarrillos.


Almudena Guzman

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