domingo, 12 de febrero de 2012

Eternidad

Quisiera tener las referencias a la mano, la realidad es que no las tengo y que en mi espacio meto y saco lo que quiero. Sin embargo, de camino para acá a la que aún es mi casa, rondaba por mi mente la palabra eternidad.

Eternidad, Bergson, Durée, Marcel, hasta la palabra amor... Me citaré a mí misma parafraseando a Bergson:


"En la medida en que te dejas vivir, te arrastra el flujo del tiempo y te constituyes auténtico; dejarse vivir en la mutación incesante de la vida, significa ser libre. Aquí hay un yo auténtico que se pone en juego completamente en cada momento y en cada acción."

Y así entonces la duración es evolución vital, es cambio. 

Y Cortázar muerto un día como hoy en 1984 nos dice que:

"La rayuela se juega con una piedrita que hay que empujar con la punta del zapato. Ingredientes: una acera, una piedrita, un zapato, y un bello dibujo con tiza, preferentemente de colores. En lo alto está el Cielo, abajo está la Tierra, es muy difícil llegar con la piedrita al Cielo, casi siempre se calcula mal y la piedra sale del dibujo. Poco a poco, sin embargo, se va adquiriendo la habilidad necesaria para salvar las diferentes casillas (rayuela caracol, rayuela rectangular, rayuela de fantasía, poco usada) y un día se aprende a salir de la Tierra y remontar la piedrita hasta el Cielo, hasta entrar en el Cielo, (Et tous nos amours, sollozó Emmanuèle boca abajo), lo malo es que justamente a esa altura, cuando casi nadie ha aprendido a remontar la piedrita hasta el Cielo, se acaba de golpe la infancia y se cae en las novelas, en la angustia al divino cohete, en la especulación de otro Cielo al que también hay que aprender a llegar. Y porque se ha salido de la infancia (Je n'oublierai pas le temps des cérises, pataleó Emmanuèle en el suelo) se olvida que para llegar al Cielo se necesitan, como ingredientes, una piedrita y la punta de un zapato. Que era lo que sabía Heráclito, metido en la mierda[...]" Cap. 36

Y en un intento difuso de mi trasfondo platónico-agustiniano ya muy solayado y de seguro una imagen facebookeana sobre un autor que no recuerdo. El llegar a instantes de eternidad, a rozarla, sin siquiera tocarla es posible. Es, entonces si, la suspensión del tiempo del cambio, y que al final todo cambia y permanece igual.

Hoy brindo por la eternidad.






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