martes, 14 de febrero de 2012

Be my valentine

Toda mi primaria estuve en una escuela bicultural, o que al menos se jactaba de serlo y lo hacía muy bien, los maestros con los que pasé gran parte de mi niñez eran ingleses que venían a México específicamente a trabajar a la escuela, y por tanto, vivían, pensaban, comían y respiraban como ingleses (en pleno invierno... iban de huaraches!)

Tons no me pregunten si efectivamente era una costumbre inglesa o era una costumbre en mi escuela, pero el 14 de febrero (que no lo hubiera recordado sino es que anoche muy noche vi plagado mi timeline de facebook de comentarios a favor, en contra o de ardidez sobre cupido y valentín y la madre y media), se festejaba muy extraño, las chicas teníamos que llevar una canasta, bolsa, caja o algo con comida, en teoría deliciosa, para compartir con el chico que le pediríamos ser nuestro valentine... una costumbre mezclada de arcaísmo cultural y progreso emancipatorio... la mujer cocinaba... pero elegía para quién jajaja...

El caso es que mi mamá siempre ha sido muy dedicada y para esos días en específico me mandaba con una canasta arreglada muy bellamente con listones y corazones y con comida francamente deliciosa y  en cantidades industriales... y eran tortitas con hojaldras y así... pero para mí... eso era un tormento... sabía que mi madre se había esforzado mucho y que los chicos, en general, de mi escuela para nada lo apreciarían... todos (o casi todos) eran lo que en palabras ahora coloquiales llamarían unas súperhiperretereconcha bien mamones... si así no hay más... y ponían cara para todo... y por supuesto más de la mitad del arduo trabajo de quién sabe de cuántos días de mi mamá no era para nada valorado.

Odiaba San Valentín por esa simple y completa razón, porque me angustiaba y entonces terminaba comiendo todo y  llegando a casa con la canasta vacía de comida y llena de mentiras... si a mi mamá le preguntan... esa canasta era apreciada por mi Valentine como si no hubiera otra cosa mejor en el mundo.

Recuerdo un San Valentín de segundo o tercero en donde una de "mis amigas" sabía bien que yo elegiría a A.C. porque me encantaba (sangrón y lo que le sigue)... y como a ella le tocó elegir primero... decidió elegirlo a él... porque era el que más cerca le tocaba y no tendría que pararse... la odié tanto porque pensaba que si lo hubiera elegido porque le encantaba casi como a mí... pues hubiera sido si bien una elección no justa para mi destino... si coherente y prudente de su parte... y no una idiotez como de comodidad o economía motora (que ahora lo pienso y digo que hay veces que la economía... es la mejor elección).

Y después vinieron tiempos mejores (en mi caso, cualquier tiempo que sea diferente a mis primeros años... son tiempos mejores)... y San Valentines mejores hasta que llegó un punto que me enteraba del 14 por las calles atestadas de cosas ridículamente cursis...

(esto fue escrito a las 5:45 am)

Hoy fue un 14 súper diferente... recorrí el centro por primera vez de manera real en búsqueda de un lugar para quedarme... hasta que deje de hacerlo. Fue un primer día con el pie derecho, vi cosas que me gustaron e incluso hasta con insulto del vagabundo enfurecido... es el centro diciéndome que si lo quiero lo quiero con sus bemoles y con sus sostenidos... voy aprendiendo que se puede querer con todo y bemoles y sostenidos y buscarse lejos... o no buscarse... sólo extra-ordinariamente encontrarse.


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